Agua de mar a río refluye.
Sí de mar a río.
En cósmica inversión de lágrimas
que saltan del mundo a los ojos,
que se encampanan
hasta llegarme a la cumbre del alma.
Dolor dulce y tierno este es.
Cuando el mundo se vuelca,
se para de cabeza y todo lo niega.
Ay, el mar trepa por el río
en ascendente cascada.
La escarpada pendiente de los montes escala
y los peces gozan soñando con nadar
sobre la copa de un roble florecido
como un helado de fresas.
El río es mar que ríe subiendo
hasta su comienzo.