El pájaro hechizado viste de luces,
plumaje filigrana
dorados tules.
Con tenuidad sonora
sin gravedad ni forma
sin densidad ni peso
trasciende mil espacios
hacia mundos secretos.
Más allá de los tiempos
en destellos avanza
como un cometa herido.
En la corriente cósmica
monta alto su vuelo
y en un encantamiento, surca los universos:
mares sin costas y playas sin arenas
en que el pez se enamora
del romper de la ola;
y en sus soles, cautivo, traga
el lastre galáctico de mil eternidades.
Lleva en las alas siglos de soles
con su garganta de oro canta bemoles
translúcidas escalas y ditirambos cósmicos;
y en orgásmico ritmo de eternidades
transforma al universo
en pura transparencia deslumbrante
lúcida como los soles que brillan
en mi alma.